La ropa que nos ponemos, la forma que nos peinamos, el coche que conducimos. Todos ellos, son elementos visuales que forman nuestra imagen y que de una forma o de otra, nos definen y ayudan a otras personas a crear una primera impresión sobre nosotros. A través de estos elementos, tanto si queremos como si no, las personas que nos rodean sacarán sus propias conclusiones y se harán una idea de si merecemos credibilidad.
Afortunadamente, en el caso de las relaciones humanas entran en juego otros factores que pueden, al menos con el tiempo, modificar esa primera impresión. Sin embargo, en las redes sociales este factor está mucho más exacerbado. La falta de tiempo, junto con la enorme cantidad de perfiles que existen en redes sociales, hacen que los usuarios sean enormemente críticos en este aspecto, dedicando apenas unos segundos en juzgar si un perfil vale la pena o no.
Este hecho, es crítico para las empresas, que necesitan captar al usuario en esos segundos para poder conectar con él. Para lograrlo, es imprescindible tener un perfil bien optimizado y sobre todo, que llame la atención. En este punto, es importante hacer una buena labor de diseño gráfico y elaborar unas imágenes de calidad que puedan enganchar visualmente al usuario, de forma que se quede un poco más.
En este sentido, existen una serie de claves que debemos tener en cuenta para que nuestro trabajo tenga el mejor resultado posible:
- Tamaño de la imagen. Cada red social tiene unas preferencias y unos requisitos, siendo el tamaño de las imágenes de cada perfil uno de ellos. Por lo tanto, antes de ponernos a elaborar la imagen que hemos planificado poner en nuestro perfil, es importante verificar las medidas que le corresponden en cada cuenta, o de lo contrario corremos el riesgo de perder buena parte de la imagen y con ello, atractivo visual para el usuario.
- Originalidad. Con miles de millones de perfiles en redes sociales, los usuarios son difíciles de impresionar. Por lo tanto, hacer un buen trabajo creativo y diseñar algo diferente nos ayudará a conseguir nuestro objetivo mucho más facilmente.
- Identidad. Además de ser originales, debemos tener en cuenta que nuestros perfiles nos definen y muestran los valores de nuestra marca al usuario. En consiguiente, es muy recomendable trabajar que está transmitiendo nuestro perfil a nuestros usuarios y para qué.
- Frecuencia. Una de las principales características de la era moderna es la facilidad con la que los usuarios se aburren de algo. Por ese motivo, es importante cambiar cada cierto tiempo las imágenes para evitar que el usuario se acostumbre y que con ello, empiece a perder interés. De esta manera, también podemos usar el componente visual para captar el interés del usuario e interactuar con él.
En definitiva, las imágenes en las redes sociales son el traje con el que vestimos a nuestra marca, por lo que, si trabajamos bien y a medida, podremos ser el acompañante de nuestros usuarios para toda la vida.
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