Hay quién cree que con la llegada de Internet, las tarjetas de visita son cosa del pasado. Sin embargo, la experiencia cotidiana de muchos empresarios desmiente este punto. Nunca sabemos cuándo podemos encontrarnos un posible socio o contacto para nuestro negocio, así que conviene llevar la credencial de nuestra empresa siempre encima.
Tener un taquito de tarjetas con nuestro logotipo y una dirección de contacto en la oficina nos conferirá un aire más profesional. Para un cliente, además de un buen gesto, supone un primer contacto con la empresa y un recordatorio permanente de nuestra existencia. Las tarjetas suelen quedar olvidadas en bolsillos y cajones y aparecer en los momentos más inesperados.
Como siempre en el campo del marketing, las preguntas clave son ¿a quién nos dirigimos? ¿cómo queremos que el público objetivo perciba nuestro negocio? Conceptualicemos y pensemos atentamente en el diseño de nuestra tarjeta. Es importante cuidar hasta el mínimo elemento. Tengamos en cuenta que cada detalle habla de nosotros.
Los elementos que no deben faltar son:
- Logotipo
- Nombre de la empresa
- Nombre del jefe y cargo en la empresa
- Web y/o dirección del negocio
- Información de contacto (teléfono y correo electrónico)
- Slogan
- Dirección
En una reprografía encontraremos distintos tamaños, pero en general intentaremos que nuestra tarjeta sea manejable y quepa en una cartera. Si es demasiado grande podría confundirse con un folleto publicitario.
La tipografía debe facilitar la lectura. Evitaremos estilos como Algerian o Comic Sans. Además de ser poco elegantes tienen mala fama Usaremos el espaciado necesario para que la información no aparezca demasiado apretujada.
En cuanto al material, podemos utilizar los convencionales: desde el papel y la cartulina clásicos hasta el metal o el imán. Podemos ir un paso más allá y construir las tarjetas con un material relacionado con nuestro negocio. Por ejemplo, si tenemos una tienda de ropa ecológica, podemos diseñar tarjetas que simulen el bambú y trasmitan el concepto de nuestro servicio.
Los colores deben ser similares a los colores corporativos. No usaremos tonos demasiado estridentes, pero tampoco nos limitaremos a poner las letras negras sobre un fondo blanco. Lo importante es que armonicen con los valores de la empresa y reflejen el servicio que ofrecemos.
No es fundamental incluir una imagen, pero si lo hacemos, la escogeremos bien para que represente de manera adecuada nuestros servicios.
En cuanto a la forma de nuestra tarjeta, podemos optar por formas personalizadas. Las tarjetas de visita troqueladas suelen ser más atractivas que las normales (8´5 x 5´5 mm) Las cuadradas, ovaladas y circulares pueden darle un plus diferencial a nuestro diseño.
Y sobre, todo ¡Disfrutar diseñando vuestras tarjetas! El apartado visual es una de las partes más divertidas a la hora de abrir un negocio.
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